miércoles
106ª El Ascetismo en la Secta. Realidad y Mentira.
En todos estos años que llevo fuera de la Secta el problema del mundo, la muerte e impermanencia y el sentido de la vida, siguen siendo para mí un eje central de mi vida.
He seguido escuchando enseñanzas y he conocido otros caminos. He estado en la Iglesia, hablado con sacerdotes pero también he seguido escuchando y reflexionando las enseñanzas Budistas.
Como paradoja extraña resulta que en la secta si había en cierta manera un realismo mayor en cuanto al mundo y sus engaños. Y bueno pues también sobre la problemática de las acciones negativas y sus efectos de sufrimiento, algo que se pasa por alto en otros sitios. Y aun así, sigue siendo una secta destructiva muy peligrosa y lo mejor es no pasar por esa experiencia.
Pues de eso voy a hablar en este episodio. Porque es un tema muy importante para mí, más allá de las pasiones y bajezas que tuvo el falso maestro caído en la oscuridad del vicio. Sí, es contradictorio, pues de eso va el tema.
Escuchando por largo tiempo enseñanzas budistas tengo que decir que en algunos momentos en la secta se daban igual. Así de simple y complicado es. Es más, hubo un tiempo en que allí dentro eras más autoconsciente de ti mismo y tus acciones. También el hecho de meditar a diario en silencio, con la aprobación del líder, me hacían llevar una práctica contemplativa.
Pero la pregunta es: ¿por que existía esa contradicción?.
¿Como una persona que promueve tanto la renuncia, la compasión, que habla tanto del karma y sus efectos, estaba tan metida en el mundo, y caída en una corrupción inimaginable de vicio?.
Es una gran contradicción.
Bueno hay una cosa, cuando uno escucha hablar de renuncia, compasión o desapego a una persona verdaderamente religiosa, lo que te llama mucho la atención es su felicidad. Me acuerdo que el líder no tenía esa cualidad, sufría mucho. Claro, yo lo achacaba a la forma de vida "ascética" y de lucha contra montones de dificultades que decía tener. El camino espiritual no es fácil, eso lo sabemos todos, pero claro...por ahí nos engañó a todos. Era un gran simulador y después de soltarnos toda la carga con el mundo, las pasiones y los deseos mundanos, se iba a hincharse de sexo, bueno y no solo eso. También tenía amor al dinero y a los bienes, pero lo que más tenia era amor al control y al poder.
Me acuerdo que yo una vez le dije que notaba sus problemas, en verdad veía su sufrimiento, que era enorme, y el se salió por la tangente. El líder no daba felicidad y mucho menos: PAZ.
Era un hombre sin paz. Aunque en ciertas fases sectarias la teoría la diese bien, sus realizaciones no eran las que decía tener.
Esto me lleva a reflexionar sobre una cosa: El carácter extremista de este tipo de personalidades narcisistas. Son grandes dualistas, yéndose a los extremos del ascétismo y de los placeres. Pero lo hacen por amor a sí mismos. Sin la fuerza de ese auto-aferramiento a su historia personal no podría hacer ese esfuerzos. El podía estar horas y horas hablando, con sueño y cansado. Podía aparentemente darlo todo por alguien, ¿pero cual era su motivación?. Sus deseos mundanos. La finalidad: Su propio encumbramiento y adoración.
¿Pero realmente el líder disfrutaba del resultado de su ascetismo y del efecto de sus placeres?. No, porque ni era ascetismo, ni tampoco eran placeres "sanos". Si lo fuesen, el resultado sería la felicidad del trabajo bien hecho. Y lo más gracioso es que había personas allí que antes de entrar en la confusión que el mismo provocaba (él no puede enseñar al final otra cosa que su propia desviación), fueron más felices durante un tiempo, porque lo hacían con buena motivación.
El líder se encargaría después de frustrarlo todo, no podía dejar que los demás fuesen cada vez más felices con sus renuncias y prácticas no egoístas. El resultado es nefasto porque después las personas asocian lo bueno del camino espiritual con ese tremendo dolor...y al final abandonan la mayor parte de las veces el camino cuando salen de la secta. Es la jugada satánica perfecta: Probar la miel que después yo la convertiré en hiel, para que así nunca más haya miel.
El mismo hablaba de que la renuncia al mundo, es la renuncia al sufrimiento y no "a las cosas", que no se trataba de meterte en una cueva y ya está. Y realmente es así, es todo una cuestión interior y de actitud. Él lo escucharía de algún lama budista y se lo apropió. Recordemos que para montar una secta debe haber "verdades".
El falso maestro montó su secta apoyándose en las verdades de otras tradiciones, y vive en esa estupidez de vida extremista sin al final sacarle jugo a nada. Ni puede disfrutar como un "vive la vida" ni como un sabio que conoce lo que lleva a sufrir. Siempre intentando ser lo que no es, ni los placeres naturales le son gratos porque a todo rato tiene que ponerse la máscara del asceta. Es la estupidez de las estupideces, la hipocresía es en sí un enorme sufrimiento lleno de comparación y competitividad. Un ego enorme que constantemente hay que alimentar y sobretodo "justificar". Si él nos decía que teníamos auto-engaños, se puede decir que él tenía la madre de todos los auto-engaños.
Y la estupidez más grande que cometió, fue la de creerse (a él se le escapó esto una vez) que estaba por encima ya del karma debido a su experiencia más allá de los opuestos: bien y mal, placer y dolor, luz y oscuridad. Como es un extremista se pensó a si mismo de la forma que le dió la gana, se montó su propio sistema de valores (como cualquier psicópata), y por desgracia al final él mismo fue la enseñanza: Ten cuidado con el camino de iniquidad que sigues, porque llegará un momento en que ya no habrá vuelta atrás.
La realidad es otra. ¿De que sirve creer que se tiene el control?. Realmente nadie tiene el control de nada, hoy estamos, mañana no estamos como decía un amigo. Toda esa gente y uno mismo muchas veces, que cree en los amos del mundo como si fueran omnipotentes. Esas cosas solo son temporales, la realidad de nuestra impermanencia termina por arrasar a las más elaboradas y febriles fantasías. Y si algo sirve la escritura de este blog para mí, es para al final darme cuenta de que la verdadera compasión es lo único que vale, esa compasión que al menos se atreve a ver a aquello que nos desagrada tanto. Puede alguien pensar que por escribir y recordar estoy pillado, que lo mejor es vivir y olvidar, como si vivir fuese la solución a una vida que no se controla. Para mi solo vivir con consciencia es lo que cada vez va contando más. Lo demás son sueños y los sueños sueños son.
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