lunes

101ª La práctica que me dió de Dormir con Buda


Sigo con los años de captación, sin lugar a dudas los más bonitos de la secta. Cuando había esperanza, cuando a pesar de los deberes tenías ilusión por algo. La mezcla de deber y rigor con cosas bellas aun se daba, todavía tú tenías algo que hacer antes de que el líder lo llegase a invadir todo con su enorme peso personal. 

Resulta que mi amiga y yo (aún no había habido la separación de hombres y mujeres) fuimos a un restaurante con el líder y toda la sangha (el grupo de personas que iban al centro budista). Éramos muchos y me acuerdo de la mirada que nos echó una adepta, era de estupefacción porque el líder se hubiese puesto en una mesa aparte con nosotros dos. Evidentemente nos estaba dando un trato especial y provocando esa competición que después deduje que le gustaba hacer.
Nos dijo: bueno he estado mucho con los demás y hoy teníamos que hablar nosotros. Oh, que bien nos sentimos, por fin!. Que iluso fui, no podía imaginar como le gustaba atender cuando lo veía necesario, y además sin que nos diéramos cuenta así se daba importancia. Ocupado con todos, el maestro atento de sus discípulos...ohhhhh.

Bueno hablando de prácticas nos dijo una cosa para empezar: que las prácticas no debíamos hablarlas entre nosotros ni con nadie, que eran algo personal y por su sacralidad no debía contarse a nadie. Ni que decir tiene que con todo lo llovido esto es una forma de ir aislando a unos de otros. Pero bueno en este caso si le hablamos de nuestras prácticas y yo le seguí comentando mi problema con la practica del yoga del sueño. Entonces me indicó que bueno, que ahora lo que tenía que hacer era imaginarme a Buda durmiendo conmigo, mi cabeza descansaría en su regazo y así debía conciliar el sueño. Dormir con Buda, ¡pero que bonito!, bueno y a mi amiga, con Jesús, el lote completo y todos contentos. 
La práctica fue un desastre, nunca me salió bien...pero al menos la idea fue bonita, el dharma siempre presente, hasta para dormir. Pero que lejos quedaba todo eso con lo que vino después, si es que era un ingenuo...al final el que se venía a la cama a provocarme pesadillas sería el mismísimo demonio, y mi amiga se fue a vivir con él...pedazo de resultado. 

Fase de captación...necesaria para una secta. Quizás ahora sea más fácil dormir con Buda. 


100 ª La Apertura del Tercer Ojo de mi Mente.


Bueno estos días he estado recordando cosas de mis años sectarios. En concreto este episodio sectario pertenece a lo que para mí son los años de captación, o sea el principio cuando el centro era "budista".

Resulta que en una de aquellas entrevistas que todos solíamos tener al principio después de las enseñanzas de los viernes le conté al líder una cosa que me estaba pasando. Me ocurría que las cosas cotidianas parecían ser ilusiones, eran como un sueño. Todo me parecía cubierto por la impermanencia, y no tenía esa substancialidad que solía tener antes.

El líder me dijo que eso era muy bueno: se me estaba abriendo el tercer ojo de la mente*. Así según él era más fácil desapegarse del mundo, pues realmente era una ilusión. Me dio el consejo de cuando viera un mercado, el ajetreo de la calle o cualquier cosa, siguiera viendo su insubtancialidad, su ilusión.

Iluso de mí, yo estaba un poco emocionado. ¡Había alcanzado cierto nivel!. Mi meditación diaria en silencio de 25 minutos estaba dando resultado.

Que lejos quedó todo eso con lo que me cayó después: hombre moderno y débil, vanidoso, caído en el abismo del pecado y que sin su ayuda no podría escapar del abismo...

Nunca mas se volvió a hablar del tercer ojo abriéndose en mi mente: era solo una trampa y él utilizó mi ego para incentivar y amarrarme en la secta. Vaya fiasco.



*el mito del tercer ojo era muy utilizado en aquellos años en parte por la literatura fantástica de corte oriental y budista de Lobsang Rampa, que curiosamente yo había leído de más joven.