miércoles

29ª La Amenaza con la Enfermedad



A Roldán (otro acólito) y a mi el líder nos citó en la "casa de lo hombres". Allí en el amplio salón que ya estaba empezando a ser decorado nos dio enseñanzas.

Resulta que un antiguo maestro sufí, "Pedro"* (nombre cambiado), debió ser uno de los maestros del linaje, pero se fue con una mujer moderna y entonces se echó a perder. Por lo visto lo llamaba al líder a deshoras, y decía: !me está pegando, me maltrata mi mujer! (seguramente esto no ocrurrió de verdad). Y entonces el líder le habla pero no servía para nada. ¡El apego, el apego a la mujer moderna era un grave pecado!.

El caso es que debido a esto nos explicó siempre y en muchas ocasiones  que Pedro había faltado a su deber, y alguien que no cumple su deber está en peligro.

Bueno, pues en esa reunión en la que saldría lo de Pedro, el líder nos habló de lo mala que es la tibieza y que hay que esforzarse porque nosotros eramos unos tibios. 
Nos dió una frase del Apocalipsis pero en vez de a Dios la puso en boca del dragón, creo que se equivocó. La cita original es esta:



[...]Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:
Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente! Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca [...]


Pero el líder no cito la frase tal cual, dijo lo de tibio y lo de que era el dragón el que vomitaba a los tibios. Que eramos nosotros claro, ¡a los tibios los vomitaré, a los tibios! Decía enérgicamente como solía hacer siempre con esa voz cortante y amenazante que le caracterizaba.
Bueno Roldán y yo estabámos pasando un mal rato evidentemente. Y para rematar la faena nos habló de Pedro, y de como ha sufrido una hemiplejia** (parálisis) en su brazo y parte derecha del cuerpo por no cumplir su deber, por ser blando y tibio como nosotros:

-¿Verdad Roldán? decía el líder mientras el muy cabrón se cogía el mismo su brazo derecho y se lo movía con el izquierdo simulando la parálisis y la incomodidad que de ello resulta.
-¿Verdad Roldán? eso es lo que pasa por ser tibios.

Roldán y yo estábamos callados, y yo me sentí profundamente agredido. Durante años y años tuve un temor oculto a quedarme paralítico si desobedecía o no cumplía con mis deberes. 
En un futuro y cuando empezase a revelarme eso también fue un miedo que estaría ahí. 
Cuanto mas tiempo se pasa en una secta mas difícil es salir, pues cosas como estas se van acumulando y como un virus informático en el momento adecuado se harán notar y harán daño. Si eres un buen acólito no lo notarás, pero esas amenazas a modo de agarres y sujeciones sirven para retenerte allí por si se te ocurre la idea de marcharte; entonces se dispararán los miedos que fueron metidos como un veneno a través de las "enseñanzas" de este enviado, pero enviado del infierno.


* al Pedro ese nunca le conocí, pero otros acólitos antiguos  pertenecientes a la anterior etapa si lo conocían. 
** Ni que decir tiene que esto de Pedro ayudaba al líder a crear un clima de peligro en el mundo exterior y con la mujer moderna como eje del mal. Contribuyendo así a meternos mas fobias y miedos por el mundo moderno y sus desviaciones, y también para evitar que nos juntásemos con gente de "afuera" y nos quedásemos con él.



28ª La Caída del señor C




El señor C y yo trabajábamos juntos muchas veces, hubo buenos momentos y también malos. He de decir que fue un defensor de la cruzada anti-mujeres acérrimo. Intransigente con ellas hasta los en los mas mínimos detalles, había sido educado por el líder para ser un siervo fiel a su amo misógino. Y siento ser tan duro, pero el señor C me estuvo dando la vara con lo de las mujeres varios años:
que si las mujeres son una trampa, que vaya vida miserable la del "pelele" que está sometido a la tía de turno, que si se ponen minifaldas sabiendo lo que hacen para provocar, que son unas zorras, que de buena nos hemos librado por estar soltero y no tener que aguantar a un coñazo de maruja...ect.

Por mi parte tengo que decir que ni todas son buenas ni todas malas, la vida esta llena de diferentes tipos de personas y muchas veces creemos conocer a alguien y no sabemos la historia que hay detrás de esa persona.

Bueno, me acuerdo que él se sentía muy bien dando su apologética "anti-mujeril", de hecho alardeaba de conocerlas muy bien. Pobre diablo, solo era un instrumento más del líder para expandir su odio a las mujeres y de paso adoctrinar al que le tocase a su lado.

El señor C tuvo unos años de "libertad" controlada, es como un perro con un collar extensible que se siente mas libre pero que sigue teniendo la correa atada a su amo, como alguien me dijo una vez. 
En esos años salía con amigotes, se los levaba allí al local a beber cubatas, mientras hablaba de lo mucho que sabía de la vida. El Monje decía de él que tenía una psicología muy profunda, cuando yo insinuaba que no me gustaba el señor C. Entre ellos se protegían mientras hacían justo lo que el líder quería que hiciesen, propagar su doctrina, dar cohesión al grupo y encumbrar a su maestro.

Una vez fuimos a ver unas reliquias de una santa cristiana y el señor C al pasar al lado de otras mujeres del grupo (cuando ya estaban separadas) se puso recto y arrogante, demostrando su orgullo de ser "hombre". También hablaba fatal de algunas mujeres de allí, y yo tengo que decir que de alguna también lo hice porque una de ellas nos despreció un día a él y a mi. Es evidente que la soberbia (desprecio) es un pecado que allí se desarrollaba mucho. 

Tengo que decir que hablando con un lama después de salir de allí me dijo que criticar a las mujeres es una falta moral en lo que es el tantra budista, que hay un voto de no criticar las mujeres. Evidentemente el líder se lo había saltado, ese mismo líder que decía que llevaba muchas vidas practicando tantra.

Bueno pues después de uno añitos de subidón sectario parece ser que ya le tocaba bajarse del burro de una vez. El líder lo machacó, sin piedad. El señor C pasó a ser un hipócrita, un perverso narcisista (hubo un tiempo que me creí esa historia pues me hizo daño), un vago, un torpe, un feo, un pecador, un vicioso, un débil...una mierda.
No se podía comer con él, se le retiro el saludo (yo si le saludaba aun así, me daba pena), se le confinó al los sitios de la secta, y los fines de semana se le encerró en casa a escuchar cintas de enseñanzas. Se le cortó el rollo de los bares y las salidas, y por supuesto nada de alcohol, se vació el local de trabajo de toda botella pecadora. Yo me puse muy triste por todo lo que le cayó, me quede estupefacto, y el líder lo sabía. Simplemente no era plato de buen gusto el verle caer.

Recuerdo que al señor C, se le cambió la cara, si así de increíble. Su expresión cambió profundamente, se suavizó muchísimo. Parecía mas humano sin esa risa sarcástica que le caracterizaba. Se volvió un manso "corderito" al que había que vigilar que hiciese bien su trabajo. El líder me dijo que yo le supervisase y me preguntaba si se seguía mofando de mi. Claro y todo ese cambio "suavizante" hacía que vieses al líder como la única persona con  poder para cambiar la terrible maldad de un narcisista perverso.

Y es que como en una montaña rusa, en la travesía sectaria, subes y bajas según los intereses del líder. El señor C picó en anzuelo y le sirvió de propaganda, pero cuando ya se volvió un problema fue defenestrado. 
¡Sigue llevando a las mujeres a las casas de tu amo y obedece!. Con que poco te contentas señor C, unos años de subidón y ya está, y encima solo te trajeron amargura. 
Tu me dijiste a mi antes de salir: mi vida a sido una mierda siempre. Te creo, pero puedes salir si quieres, rompe la cadena, por mi parte sabes que te perdoné y se que solo eres una víctima más de un maquinador perverso, un juguetito de un verdadero hijo de la gran puta.