miércoles
28ª La Caída del señor C
El señor C y yo trabajábamos juntos muchas veces, hubo buenos momentos y también malos. He de decir que fue un defensor de la cruzada anti-mujeres acérrimo. Intransigente con ellas hasta los en los mas mínimos detalles, había sido educado por el líder para ser un siervo fiel a su amo misógino. Y siento ser tan duro, pero el señor C me estuvo dando la vara con lo de las mujeres varios años:
que si las mujeres son una trampa, que vaya vida miserable la del "pelele" que está sometido a la tía de turno, que si se ponen minifaldas sabiendo lo que hacen para provocar, que son unas zorras, que de buena nos hemos librado por estar soltero y no tener que aguantar a un coñazo de maruja...ect.
Por mi parte tengo que decir que ni todas son buenas ni todas malas, la vida esta llena de diferentes tipos de personas y muchas veces creemos conocer a alguien y no sabemos la historia que hay detrás de esa persona.
Bueno, me acuerdo que él se sentía muy bien dando su apologética "anti-mujeril", de hecho alardeaba de conocerlas muy bien. Pobre diablo, solo era un instrumento más del líder para expandir su odio a las mujeres y de paso adoctrinar al que le tocase a su lado.
El señor C tuvo unos años de "libertad" controlada, es como un perro con un collar extensible que se siente mas libre pero que sigue teniendo la correa atada a su amo, como alguien me dijo una vez.
En esos años salía con amigotes, se los levaba allí al local a beber cubatas, mientras hablaba de lo mucho que sabía de la vida. El Monje decía de él que tenía una psicología muy profunda, cuando yo insinuaba que no me gustaba el señor C. Entre ellos se protegían mientras hacían justo lo que el líder quería que hiciesen, propagar su doctrina, dar cohesión al grupo y encumbrar a su maestro.
Una vez fuimos a ver unas reliquias de una santa cristiana y el señor C al pasar al lado de otras mujeres del grupo (cuando ya estaban separadas) se puso recto y arrogante, demostrando su orgullo de ser "hombre". También hablaba fatal de algunas mujeres de allí, y yo tengo que decir que de alguna también lo hice porque una de ellas nos despreció un día a él y a mi. Es evidente que la soberbia (desprecio) es un pecado que allí se desarrollaba mucho.
Tengo que decir que hablando con un lama después de salir de allí me dijo que criticar a las mujeres es una falta moral en lo que es el tantra budista, que hay un voto de no criticar las mujeres. Evidentemente el líder se lo había saltado, ese mismo líder que decía que llevaba muchas vidas practicando tantra.
Bueno pues después de uno añitos de subidón sectario parece ser que ya le tocaba bajarse del burro de una vez. El líder lo machacó, sin piedad. El señor C pasó a ser un hipócrita, un perverso narcisista (hubo un tiempo que me creí esa historia pues me hizo daño), un vago, un torpe, un feo, un pecador, un vicioso, un débil...una mierda.
No se podía comer con él, se le retiro el saludo (yo si le saludaba aun así, me daba pena), se le confinó al los sitios de la secta, y los fines de semana se le encerró en casa a escuchar cintas de enseñanzas. Se le cortó el rollo de los bares y las salidas, y por supuesto nada de alcohol, se vació el local de trabajo de toda botella pecadora. Yo me puse muy triste por todo lo que le cayó, me quede estupefacto, y el líder lo sabía. Simplemente no era plato de buen gusto el verle caer.
Recuerdo que al señor C, se le cambió la cara, si así de increíble. Su expresión cambió profundamente, se suavizó muchísimo. Parecía mas humano sin esa risa sarcástica que le caracterizaba. Se volvió un manso "corderito" al que había que vigilar que hiciese bien su trabajo. El líder me dijo que yo le supervisase y me preguntaba si se seguía mofando de mi. Claro y todo ese cambio "suavizante" hacía que vieses al líder como la única persona con poder para cambiar la terrible maldad de un narcisista perverso.
Y es que como en una montaña rusa, en la travesía sectaria, subes y bajas según los intereses del líder. El señor C picó en anzuelo y le sirvió de propaganda, pero cuando ya se volvió un problema fue defenestrado.
¡Sigue llevando a las mujeres a las casas de tu amo y obedece!. Con que poco te contentas señor C, unos años de subidón y ya está, y encima solo te trajeron amargura.
Tu me dijiste a mi antes de salir: mi vida a sido una mierda siempre. Te creo, pero puedes salir si quieres, rompe la cadena, por mi parte sabes que te perdoné y se que solo eres una víctima más de un maquinador perverso, un juguetito de un verdadero hijo de la gran puta.
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