domingo

59ª Transgresiones



El proceso de salida de la secta destructiva lo explicaré en varios capítulos. Espero explicarme lo mejor posible sobre todo por si a alguien le sirviese de ayuda el leer como en un caso una persona sale de una secta. 

Yo creo que fue un proceso lento en el intervinieron una serie de hechos y encuentros, que también fue un proceso de decisiones personales y que también tengo que reconocer que recibí una ayuda invisible

Para empezar recuerdo que unos 5 años antes de salir, ya empecé a cometer pequeñas transgresiones en el seno de la secta a espaldas de líder. Como por ejemplo salir por la noche, empecé a relacionarme con algunas personas pero con muchas limitaciones personales. De hecho me acuerdo que una vez llegaba muy tarde de la noche, y sentía: estoy andando por el infierno. 
Iba por una ciudad moderna, venía de los bares, del mundo del pecado y lo hacía destructivamente porque quería. En definitivamente me arriesgué. Desde luego una persona normal solo vería que salía a hablar con algún amigo o alguna amiga, pues era realmente lo que solía hacer acompañándome siempre de unas buenas cervezas y algunos cigarrillos. 
Recuerdo como me sentía, me veía como un mafiosillo, un delincuente...evidentemente no era mi verdadero yo, esa auto-imagen de mi estaba producida por las enseñanzas de la secta, había una distorsión que después he tenido que quitarme: !solo salía por la noche y buscaba comunicarme!

Así estuve algún tiempo, que además coincidió con un periodo de laxitud en la secta donde las enseñanzas bajaron un poco en la cantidad de veces que se daban. 

Pero después siempre volvía a lo mismo, iba a las enseñanzas y hacia mis prácticas de confesión y meditación a diario sin faltar un día. Había mucho que confesar según pensaba yo y me sentía siempre mal y con culpa. Tenía una especie de euforia que después pasaba a una fase de recogimiento acompañado de culpa, y de sentimiento de no ser nada bueno. Después me auto- engañaba ( o más bien no me engañaba en la realidad ) y pensaba que no era tan malo: Bueno-Malo, Camino espiritual-mundanidad, euforia-depresión... Tenía contradicciones y el resultado cual era:

Que realmente no era libre de decidir, aunque creyese que decidía, pues estaba enormemente condicionado, mucho más que alguien fuera de una secta que también se condiciona pero no de forma tan extrema.

Esas terrible transgresiones (que realmente eran tonterías la mayor parte de las veces) las sentía en mi yo de una manera evidente, tanto que tenía que aplicar antídotos en forma de justificaciones, de utilizaciones de las propias enseñanzas de la secta, como por ejemplo que un hombre es por si mismo y por tanto puede decidir y saber tomar las riendas de su vida solo. 

Todo es muy complicado es como el ejemplo del lenguaje informático que utiliza solo el software de la máquina, pero siempre estando dentro de la máquina. O es como en esas relaciones sectarias de pareja, en la cual uno de ellos se toma algunas libertades o placeres para luego siempre seguir volviendo a la pareja manipuladora que no puede dejar porque ya le tendió una elaborada trampa psicológica para mantenerlo siempre a raya y en dependencia.

Evidentemente esas pequeñas rebeldías no me hacían estar fuera de la secta. Y este es para mí un punto muy importante, una cosa es salirse un poco de la norma, de tener algún devaneo, y otra cosa es dar el paso definitivo e inequívoco de dejar una relación destructiva. En este caso hay si sentirás un verdadero dolor, y una desintegración.

Además de etapas de rebeldías pasaba a etapas muy religiosas, pues como periódicamente siempre volvían las reuniones de los hombres y las enseñanzas con el líder, siempre volvía a casa, o sea, al linaje y a la secta. Realmente no había salido, pero esa etapa formó parte del proceso, pues según entiendo sentí el riesgo, lo prohibido...algún paso había dado. 

Todo es muy lento...y me acuerdo que un acólito me dijo: estás distinto, yo no le dije de que salía por las noches los fines de semana. Me sentía muy mal y pensaba, se me está notando que salgo...
Pero me lo guardé casi todo, algo muy importante, si llego a contarle al líder-confesor que hacía esas cosas me habría caído una reprimenda espiritual de las gordas. Así que además del riesgo, está el hecho de callarte las cosas. A veces es mejor callarse y no abrir la bocaza, al menos en estos casos, pero claro así te sientes como un pecador mentiroso. Y es que si quieres ser libre en un medio así, tienes que pagar tu moneda de culpas y malestares. Por lo tanto no eres libre...libre es estar sin culpa. Pero con la distorsión que había allí eso es imposible. La culpa puede ser algo bueno o malo, si se siente culpa por hacer daño, esa culpa es un espejo en el cual su reflejo puede indicarte que deberías rectificar. Pero si hay una distorsión y te sientes mal por hablar y relacionarte...eso ya es culpa mala.

Creo muy bueno el que debamos saber diferenciar las diferentes culpas, y también pensar que en si misma la culpa solo puede ser un medio para mejorarse, pero que no debe ser un estado enquistado en la mente de forma crónica, algo que las personas que hemos sufrido acoso moral sabemos muy bien que pasa.










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