lunes

32ª La rueda del sufrimiento sin fin en el pozo del pecado.



En el año 2006 me consta en mis recuerdos y apuntes que ya nos hablaba mucho de pecados y del arrepentimiento. EL líder insistía mucho en esto en las largas sesiones de enseñanzas.
No quiere decir que antes no comentara esto, realmente ya lo hacía, pero la intensidad del tema del pecado iba creciendo a la par que iban avanzado los años en la secta. 
Se puede decir que pasaron seis años para lo que fue un centro de meditación budista pasase a convertirse en un pozo del pecado explicado de muchas maneras y puntos de vista distintos. Y es que este capítulo es realmente una extensión del anterior.
Son muchos los ganchos que salen de un mismo centro de pecado para que así no puedas escapar.

Hubo algo que nos decía mucho: "vuestra mente esta dañada por haber cometido muchos pecados mortales".
Al haber cometido acciones innobles nuestra mente estaría dañada, es como "caerse por un precipicio y levantarse pero con heridas y huesos rotos" según explicaba él.

Bueno hay que decir una cosa. En las largas sesiones de enseñanzas no se hablaba nunca de un solo tema, así que lo de dañados por el pecado fue saliendo en muchas sesiones pero siempre metido en un mismo saco con mas temas, que solían ser también de carácter negativo. ¿Y porque creo yo que hacía esto? Me parece que con semejante bombardeo de conceptos, los temas negativos entraban y hacían mas daño. La mente cansada y "rayada" dejaba entrar por el sentimiento más que otra cosa la culpa y la vergüenza, ya que las barreras racionales se iban agotando ante tantas horas de enseñanzas seguidas y tanto cambio de "temas".
El líder mismo me dijo una noche después de terminar una sesión que hacía eso a propósito, o sea, bombardear mucho para así romper la "mente de personas integradas en la modernidad". Creo que me lo dijo porque me vio bastante cansado. 

Bueno, la solución a el daño era curarse con el arrepentimiento y el examen de conciencia que así reconstruirían nuestra mente. 
El truco estaba, claro es, que siempre saldría un nuevo pecado (y muchas veces peor que los anteriores), con lo cual nunca tendrías esa mente recuperada. Además la cuestión era forzar, y lo digo así, forzar en nuestra mente los sentimientos de : culpa, vergüenza, tristeza, miedo y angustia con preocupación para recuperar nuestra humanidad perdida a causa de nuestros vicios y sentir como seres humanos normales la realidad de la vida y sus peligros. Recordemos que el orgullo impide sentirse mal por el pecar (desde el 2º de soberbia, la vana alegría, hacia arriba).

Evidentemente todo esto hacía mella en nuestra autoestima. Algo muy interesante para él para ir consiguiendo la sumisión y no la liberación de sus acólitos. Si todo se centra en los errores de nuestro pasado está claro que es difícil desarrollar un amor sano hacia uno mismo con el cual se pudiese contrarrestar el machaque sectario. 

Otro asunto es que al estar la mente dañada, esa mente no funciona bien. Como él decía : "es como una maquinaría de ruedas y tuercas pero que tiene arena por dentro...esa arena son los pecados y sus daños, y dificultan el buen funcionamiento de la mente".
Si esa mente no funciona bien no es apta ni tiene claridad para ver la solución a su problema. Así pues el líder que es santo y puro se pone en una posición superior para resolver nuestra desdichada vida pecadora y así nos va influenciando y controlando. Además, solo una mente clara y virtuosa como la suya podría desentrañar los signos, sueños y misterios con los cuales iba creando su cosmología y visión del mundo, que llegó a ser delirante.

El líder se puso así en la posición de descifrador de la modernidad y de consejero personal de cada uno.
Sus ganchos fueron atrapando a las presas incautas que poco a poco eran arrastradas al pozo del pecado con él mismo ya dentro desde hace tiempo. Y es que con una apariencia de enseñanzas sobre la virtud, el líder iba metiendo el odio hacia prácticamente todo lo externo. Al crear dualidad y separación, y formar el "ego espiritual" al dar a conocer los secretos de la modernidad y su maldad, nos hacia sentir dentro de una élite única que conocía las entrañas de la bestia. Luego nosotros mismos seríamos acusados por el propio líder de haber desarrollado megalomanía precisamente por escuchar enseñanzas y conocer mas cosas. Atrapados todos en una rueda sin fin de sufrimiento y de acusaciones en el fondo del pozo del pecado. De un sitio así difícil es salir. 











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