Me acuerdo una vez que fuimos a bucear el líder, Jp y yo como solíamos hacer todos los veranos. Yo le dije a él que siempre me gustaron el mar y los peces. Él me dijo que era algo muy bonito, y que seguramente me gustaban porque los peces simbolizaban y evocaban los tesoros escondidos del alma, que estaba asimilada a lo que es el agua. El agua estaba relacionada con los sentimientos y cuando está turbulenta suele compararse a una mente que lo está también. Cuando la mente se calma el poso de las pasiones se va al fondo y resulta clara como el agua.
Era bonito imaginarse los peces como tesoros que uno va encontrando sumergiéndose en el mar, los tesoros del alma...
¿Como alguien que dice esas palabras, esas frases, puede después hacer todo lo contrario?. Es un misterio, el mal lo es, es así de contradictorio. La única explicación lógica que le doy es la de la hipocresía, que como él decía: busca los honores de la virtud pero sin practicarla.
Aun así siempre me pareció una buena reflexión, tenemos tesoros, solo hay que buscarlos y seguramente para encontrarlos hay que renunciar a aquello que enturbia el agua del mar, o sea las pasiones de la mente.
No todo eran malos momentos...el sol brilla aunque haya nubes, siempre brilla. Toda mentira descansa sobre la verdad, pues para que la mentira sea algo, necesita que sea verdad que ella existe. El mal descansa sobre el bien aunque se afane en destruirlo todo.
Tensar y aflojar la cuerda...para tenerlos atados a todos y a todas.
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