martes

16ª Muerte e Impermanencia



"Aparentar tiene más letras que ser."


Karl Kraus




El consejo, la llamada del espíritu, los retiros, la enseñanzas del centro abierto al público, los trabajos, las entrevistas personales (de las que solo pongo algunas), las prácticas diarias...
Pero faltaba algo más. En los retiros debíamos hacer una práctica de muerte e impermanencia, y está práctica debíamos hacerla una vez al mes de forma individual en nuestras casas.
Consistía en leer un texto y una pequeña meditación. Era una práctica budista trasmitida según él por otro lama y en la cual el líder le había añadido unos pequeños cambios pero sin alterar la esencia original del texto, que por cierto era de unas cuantas páginas.
Se tardaba unos veinte minutos o media hora en hacerla, y con ella debíamos familiarizarnos con la muerte y su llegaba.
No digo que no fuese beneficiosa, para mí si que lo era, lo que pasa es que creo que empezamos a estar sobre-cargardos. Poco a poco el mundo que conocíamos iba perdiendo el interés, cada vez era más importante la práctica espiritual, la muerte, los trabajos, la mente del guerrero, los deberes, los retiros...ect
Cada vez había mas charlas, a veces interminables, de enseñanzas
Se puede decir que el dharma estaba presenta ya casi todo el día, pero junto a esto, había una cosa que todo el día empezabas a tenerla en la cabeza: El líder, que se iba convirtiendo en el centro del pensamiento diario. ¿Esto lo aprobará el maestro?, El otro día dijo algo del deber. ¿Estaré cumpliendo con mi deber?, ¿tendré pereza?. ¿Puedo irme de compras a las tiendas? Porque el otro día habló del peligro de los caprichos, que un practicante no debía caer en los deseos...y así, cada vez, eran más cosas, más y más. En una suma que parecía ya no agotarse. 
Solo empecé en un centro budista, y acabé metido hasta las cejas en un mundo cargado de enseñanzas, de moral, de deberes, de reflexiones, de palabras y palabras;  y como no, de él, él y él. El maestro que lo recordaba todo de sus enseñanzas recibidas de tantos maestros, el maestro sacrificado que decía no tener deseos personales y que mostraba una vida sacrificada de aquí a allá ayudando a la sangha. El maestro que acaba dos horas mas tarde en las enseñanzas públicas por hablar con los asistentes de forma personal. El líder, el centro de todo, ese era él. Como iba yo a pensar, que todo no era más que un plan y que el líder para nada era lo que mostraba...

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