Friedrich Dürrenmatt
De la etapa budista no recuerdo todas las entrevistas que tuve con él. El líder además de las enseñanzas generales se entrevistaba individualmente con nosotros tanto en las casas como por la calle o en alguna cafetería.
En uno de estos encuentros me acuerdo que yo empecé a hablar sobre la muerte de los anímales, si sufrían mucho o no. Él me decía que su consciencia, refiriéndose sobre todo a los insectos, al ser mas oscura no sentían la muerte como un humano.
En fin, todo fue derivando a varios temas como solía ocurrir y uno que se me quedó grabado fue el tema del mundo moderno. Me dijo que era feo por naturaleza, algo así como una excrecencia debido a su origen anti-espiritual. Yo me acuerdo que me quedé un tanto afectado y perplejo, él lo notó y me dijo: no será que tienes apego al mundo...
Después me dijo para suavizar que él en alguna época también lo tuvo y se lo quitó.
En esos momentos pasó una mujer mayor que andaba con dificultad, no era anciana todavía pues tendría unos 55 años. Y él me dijo, el mundo moderno produce gente como ella, sin dignidad...yo la miré y me dio mucha tristeza, pero yo no veía que no tuviese dignidad, solamente parecía una mujer triste que cargaba con el peso de la vida. Me llamó la atención la rapidez del líder para criticar a esa pobre mujer. Él estaba siempre muy pendiente de lo que le interesaba y con esos comentarios punzantes te acababa descolocando, porque no venían al caso y tu pensabas que no te enterabas nunca de nada mientras él percibía la "realidad" del mundo, ese mundo al que tú le tenías apego porque no veías su naturaleza real ni de las gentes que lo habitaban.
Con el tiempo iría comprobando como el líder era duro de corazón, y que criticaba mucho, menos a él mismo que era perfecto.
Y ahí me estaba metiendo otra vez el "aislamiento" del mundo, y es que eso sería una tónica habitual en sus discursos que cada vez se irían radicalizando más al mismo tiempo que yo.
La dualidad "mundo externo malo"/"linaje bueno" empezó a dejarla caer desde muy temprano, solo que con el tiempo se haría más sólida y dura llegando a extremos delirantes como veremos mas adelante, algo que es muy típico en las sectas destructivas. Y por supuesto él quedaba como el "enviado" que descifraba y entendía la esencia de la modernidad, estando por encima de los velos del apego y posteriormente maldades que todos teníamos y que nos impedían discernir la verdadera realidad del mundo moderno, ese mundo que poco a poco iba tomando una forma monstruosa y de la que había que alejarse.
De la etapa budista no recuerdo todas las entrevistas que tuve con él. El líder además de las enseñanzas generales se entrevistaba individualmente con nosotros tanto en las casas como por la calle o en alguna cafetería.
En uno de estos encuentros me acuerdo que yo empecé a hablar sobre la muerte de los anímales, si sufrían mucho o no. Él me decía que su consciencia, refiriéndose sobre todo a los insectos, al ser mas oscura no sentían la muerte como un humano.
En fin, todo fue derivando a varios temas como solía ocurrir y uno que se me quedó grabado fue el tema del mundo moderno. Me dijo que era feo por naturaleza, algo así como una excrecencia debido a su origen anti-espiritual. Yo me acuerdo que me quedé un tanto afectado y perplejo, él lo notó y me dijo: no será que tienes apego al mundo...
Después me dijo para suavizar que él en alguna época también lo tuvo y se lo quitó.
En esos momentos pasó una mujer mayor que andaba con dificultad, no era anciana todavía pues tendría unos 55 años. Y él me dijo, el mundo moderno produce gente como ella, sin dignidad...yo la miré y me dio mucha tristeza, pero yo no veía que no tuviese dignidad, solamente parecía una mujer triste que cargaba con el peso de la vida. Me llamó la atención la rapidez del líder para criticar a esa pobre mujer. Él estaba siempre muy pendiente de lo que le interesaba y con esos comentarios punzantes te acababa descolocando, porque no venían al caso y tu pensabas que no te enterabas nunca de nada mientras él percibía la "realidad" del mundo, ese mundo al que tú le tenías apego porque no veías su naturaleza real ni de las gentes que lo habitaban.
Con el tiempo iría comprobando como el líder era duro de corazón, y que criticaba mucho, menos a él mismo que era perfecto.
Y ahí me estaba metiendo otra vez el "aislamiento" del mundo, y es que eso sería una tónica habitual en sus discursos que cada vez se irían radicalizando más al mismo tiempo que yo.
La dualidad "mundo externo malo"/"linaje bueno" empezó a dejarla caer desde muy temprano, solo que con el tiempo se haría más sólida y dura llegando a extremos delirantes como veremos mas adelante, algo que es muy típico en las sectas destructivas. Y por supuesto él quedaba como el "enviado" que descifraba y entendía la esencia de la modernidad, estando por encima de los velos del apego y posteriormente maldades que todos teníamos y que nos impedían discernir la verdadera realidad del mundo moderno, ese mundo que poco a poco iba tomando una forma monstruosa y de la que había que alejarse.
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